miércoles, 20 de abril de 2016

REVOLUCIÓN TECNOLÓGICA ACTUAL

La tecnología está hoy presente en todas las esferas de la vida humana: científica, económica, social, informativa, deportiva, o familiar. Sin ella, difícilmente se podrían conseguir los niveles de eficacia, precisión, rapidez, y comodidad a los que estamos acostumbrados. Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, constituyen hoy el verdadero motor del cambio transformando la sociedad industrial en una sociedad de la información, del aprendizaje y de la inteligencia. Se trata pues de todo un cambio social, un cambio radical de valores que hace que el conocimiento se convierta en la clave del crecimiento y la riqueza, y que la mente humana sea una fuerza de extraordinario poder.

En la sociedad industrial el recurso principal era la energía que alimentaba los grandes instrumentos del progreso: coches, camiones, trenes o aviones; pero era, sobre todo, una energía que podía extender y ampliar el cuerpo humano. En nuestra sociedad el recurso principal es la información. Pero la información, a diferencia de la energía, nos permite extender la mente humana. La ampliación de los recursos mentales, junto con la capacidad de ampliar el cuerpo humano, ha desembocado en una nueva realidad: la mente humana que es ahora mismo la fuerza más poderosa del planeta.

Entre la sociedad de la información y la del conocimiento hay diferencias sustanciales. En la sociedad de la información se destacan, por encima de todo, las redes de comunicación baratas, abiertas y globales y los bancos de datos masivos y continuamente actualizados. En la sociedad del conocimiento se acentúa el valor de los datos elaborados como generador de nuevos conocimientos y, sobre todo, como realidad dinamógena, capaz de crear, cambiar y transformar la realidad. De ahí el interés por la gestión y los gestores del conocimiento.

La sociedad del aprendizaje resalta los contornos de un sistema cultural en el que los individuos deben aprender a lo largo de toda la vida.  Por último, la sociedad de la inteligencia destaca la idea de inteligencia distribuida y compartida, ya que los grupos, como sistemas de comunicación, aumentan o disminuyen la capacidad de los individuos para resolver problemas o alcanzar mayores niveles de bienestar. Con la explosión tecnológica, la misma inteligencia humana queda potenciada y se convierte en una inteligencia ampliada o asistida.
 
Esta nueva sociedad actual está llena de desafíos y retos asombrosos, pero también está salpicada de paradojas y contradicciones. Por ejemplo, se siente orgullosa de los nuevos avances científicos, pero no encuentra solución a los problemas éticos y humanos que esos avances plantean.



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