Actualmente, se han incorporado las gafas de realidad virtual en los tratamiento de fobias, que en terapias cognitivo-conducturales se abordan exponiendo al paciente, de manera controlada, a la causa de su ansiedad, sean las alturas o las arañas, para que vaya desensibilizándose. Los estudios demuestran que la realidad virtual es igual de fiable que la exposición directa en estos tratamientos. En las terapias tradicionales el paciente tiene que visualizar y ponerse en situación, pero no todo el mundo tiene esa capacidad, por lo que muchos acaban frustrándose. Pero con realidad virtual no es necesario, se ponen las gafas y ya se ven en un ascensor de cristal de 20 pisos o en un avión, y si el paciente se agobia sólo tiene que quitarse las gafas. Además esta tecnología permite al terapeuta ir graduando el estímulo. Si es miedo a los perros, primero puedes poner perros pequeños, luego más perros, luego un perro sin atar, luego un perro nervioso… Su uso creciente está relacionado con la democratización de la tecnología, ya que ahora es posible tener unas gafas mejores de las que había hace 10 años por el precio de un smartphone.
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